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2021-03-01

Reedición especial Semana Santa: Sacrificios y dioses estafados


Reedición especial Semana Santa

para impacientes: enlace directo al Sacrificio de Cristo

Al que quiere celeste que le cueste...

Todos hacemos sacrificios, de tiempo, dinero, horas de sueño, etc. para conseguir algo: ganarnos el sustento, ayudar a un amigo o un familiar. Sacrificios válidos cuyo objetivo es claro y se verifica empíricamente: Me levanto más temprano, sacrificando horas de sueño, para llegar temprano al trabajo, para ayudar a mi amigo, llevar al niño a la escuela o ir a jugar al tenis. La gente sacrifica parte de su libertad (a veces toda) para cuidar de sus hijos. Cambio algo mío por algo tangible, o intangible, pero puedo verificar el resultado.


En el caso de los hijos, el sacrificio no es tan altruísta como parecería: todo vale, en el extremo hasta lo inmoral, para asegurar la supervivencia y bienestar de los propios genes. Así estamos programados por la evolución. ("Lo hice por mi familia, por mis hijos, Sr. juez")

 

  

Hay otro tipo de sacrificios donde los resultados son indetectables:

Sacrificando vírgenes.¡Qué morbo!
Los seres humanos, desde tiempos prehistóricos han intentado negociar con la naturaleza. Como no habían descubierto todavía por qué el sol y la luna aparecían y desaparecían cada día, aliviaron la incertidumbre, siempre tan incómoda para el cerebro, decidiendo sin más trámite ni investigación, que los astros eran entes poderosos y era conveniente ofrecerles regalos, en forma de objetos preciados, animales, comida e incluso sacrificios humanos, en lo posible chicas vírgenes (¡qué manía con la virginidad!)

Lo que los humanos primitivos esperaban obtener de esta transacción estaba muy claro: buenas cosechas, ganar batallas, riquezas, muchos hijos sanos y muchas mujeres (vírgenes, claro está) para los hombres (pero no viceversa, chicos vírgenes para las mujeres, porque todavía no se había inventado el feminismo). Lo que no está nada claro es qué ganaban las deidades o entes sobrenaturales.

La práctica se repitió y extendió mundialmente a través de las rudimentarias redes sociales de la época, que, con sus errores de transmisión y fakes, generaron miles de deidades y religiones.

Pero en todas hay sacrificios.

 

Ulises y Poseidón

Ulises y Polifemo
En La Odisea, Ulises y su tripulación pretendían sobornar a Poseidón con una hecatombe para que los vientos marinos favorecieran su viaje de retorno a Ítaca. Una hecatombe era el sacrificio de 100 bueyes (hekatón=100). Son muchos bueyes. Los mataban y quemaban la grasa en honor del dios. La nube de humo se elevaba al cielo. Pero...¿y entonces qué? ¿Qué podía hacer Poseidón con 100 bueyes calcinados? ¿O con el humo de la grasa quemada? Al final el pobre dios del mar salía perdiendo. No sorprende que nunca lo ayudara a Ulises, al contrario de Atenea (diosa de la sabiduría) que era fan incondicional del ingenioso, y siempre lo salvaba. Además Ulises, para escapar del cíclope Polifemo, lo había cegado. El abusivo gigante se había almorzado y cenado a varios de sus marineros y se guardaba al ingenioso para el postre. Bueno, además Polifemo era hijo de Poseidón, lo cual podría explicar una cierta animosidad de origen genético, de parte del dios, pero esto ya es otra historia.


Los dioses paganos exigían sacrificios para otorgar sus favores.

Los sacrificios rituales de los mayas y los aztecas son bastante conocidos. 

 

 Paraíso tropical

vida estresada

Menos conocidos son los sacrificios en las islas paradisíacas de la Polinesia. Según cuenta Robert Wright en "La evolución de dios" (The evolution of god), los nativos de Tahití, cuyo principal medio de subsistencia era la pesca, vivían estresadísimos por deidades locales que los importunaban constantemente exigiéndoles sacrificios (incluso humanos) para favorecer la puesta en marcha de un nuevo navío de pesca. 

Es un gran misterio que estos entes fantasmales sólo extorsionaran a los polinesios y no a los armadores de barcos noruegos, griegos o vascos.

 Las chicas de Tahiti según Gauguin
 Cuando en el siglo XVIII el explorador James Cook les señaló a los tahitianos que sus dioses no se comían a los sacrificados, porque los cadáveres se pudrían a la vista intactos, ellos respondían que los dioses venían de noche, invisibles por supuesto, a alimentarse de las almas, también invisibles, que quedaban a la intemperie hasta que los cuerpos se pudrieran del todo.

barcos de pesca polinesios

Obviamente, no hay ninguna evidencia de este banquete invisible. Bueno, por no haber, no hay tampoco evidencia de la existencia del alma. Y, como decía Bertrand Russell, "no es conveniente creer en cosas para las que no hay fundamento". Ver nota * (Desalmados)

 

 

[*Nota: Desalmados

El dualismo cuerpo-alma es una reliquia del pasado muy trillada en las canciones, en series y películas antiguas y actuales, que

fue luego promovido a otro dualismo: cuerpo-mente, tambíén obsoleto. Todos somos unos "desalmados", aunque seamos buenos y espirituales. Actualmente, neurólogos, filósofos, psiquiatras, psicólogos, etc.(como Antonio Damasio, Sam Harris, Daniel Dennett, entre otros) se devanan los lóbulos cerebrales, ramificaciones nerviosas, sinapsis y neuronas, para elaborar una teoría coherente de la conciencia, que no puede prescindir del cuerpo.

Por otro lado no es necesario creer en entes sobrenaturales invisibles (ni en Harry Potter), para disfrutar de una vida espiritual, aquí y ahora. Pero esto ya es otra historia.]

 

He aquí la cuestión 

¿Qué se suponía que hacían los dioses con los sacrificios? ¿Jugaban con los regalos, se comían o bebían los alimentos, esnifaban la nube de humo de los 100 toros quemados en la hecatombe, aspiraban el rancio perfume de las flores de las macumbas brasileñas y... con los cadáveres de las chicas (vírgenes, claro está) pudriéndose sobre la losa sacrificial?

¿Quién era más ingenuo? Los que sacrificaban (destruían) sus bienes y asesinaban a seres queridos en honor del dios, o el dios que se dejaba engatusar con restos carbonizados de toros, cadáveres y objetos que no se llevaba?

Porque era evidente a los ojos de cualquier observador, por más primitivo que fuera, que los destinatarios de estos sacrificios nunca los recogían.

¿Los humanos estafaban a los dioses?

Una hipótesis sería que los restos eran retirados, robados, o enterrados por esclavos, ladrones o profanadores de templos, que eran otro personal diferente del que había realizado el sacrificio (sacerdotes, etc), diferente también del público asistente a estos edificantes espectáculos. Entonces nadie se enteraba y como los restos desaparecían, se creía que los dioses habían aceptado el sacrificio y cumplirían con su parte del trato, lo cual dependía en realidad de la "voluntad" azarosa de los elementos naturales, el clima, la genética, los pliegues del espacio-tiempo, etc. 


 

Filicidio interruptus

 Abraham en pleno delirio místico
Volviendo a la pregunta inicial. Esta se torna más crucial cuando se la aplicamos al famoso episodio bíblico donde Dios, el único, todopoderoso, omnisciente y misterioso, le ordena a Abraham, patriarca de las 3 religiones monoteístas (judía, cristiana y musulmana), que le sacrifique a su hijo Isaac clavándole un cuchillo, como a un cordero ("cordero de dios") para demostrarle su fe. Por suerte para Isaac, en el último nanosegundo, dios le manda al arcángel Gabriel a detenerlo, pero para cualquiera con dos dedos de frente (para entender esto con uno y medio ya alcanza) el mal ya estaba hecho: ¿Cómo es posible que un dios bueno, justo, omnipotente, que lo sabe todo porque es omnisciente, necesitara una pruebita de amor tan atroz?

¿Qué supondría Abraham que esperaba obtener el Todopoderoso?

Quizás los dioses se alimentan del sufrimiento de pérdida del objeto, del bien, o de la persona sacrificada. Es una idea, pero cómo lo hacen? ¿Disfrutan sádicamente o absorben algún flujo alimenticio energético indetectable desde los cerebros sufrientes de sus devotos? 

 

El disparate de Natasha

Viuda Negra en acción

Esta insensatez del sacrificio humano contamina también la mitología moderna. Por poner uno de tantos ejemplos, en la película "Avengers (o Vengadores): Endgame", Natalia Romanoff, que en realidad no es otra que la bellisima Scarlett Johansson caracterizada como Viuda Negra (Black Widow), debe obtener la "Gema del Alma", un adminículo mágico que está en el temible planeta Vomir donde se exige una vida como pago por la gema, lo que finalmente provoca el sacrificio voluntario de la Romanoff. Explicado

¿En serio?¿Una Scarlett muerta?¿Y pa' qué?

en cristiano (nunca mejor dicho), esto impulsa a la intrépida Natasha a tirarse desde un precipicio, entregando su vida a cambio de la joya mágica para salvar a sus compañeros. Lo que nadie nos explica es qué harán después en el siniestro Vomir con el hermoso cadáver desnucado que se acaban de comprar.


 

Mundo insólito

La vida de Brian de los Monty Python

Sin embargo, el más insólito, ilógico y disparatado de los sacrificios parecería ser el más difundido y, paradójicamente, menos discutido: Jesucristo, el más bueno y honesto, porque es también Dios (el mismo de la Biblia), resulta injustamente condenado y torturado hasta la más horrenda muerte. Es sacrificado ("cordero de Dios que quita los pecados del mundo") a... sí mismo (Dios), a cambio de salvar a la humanidad pecadora del castigo de Dios (o sea de sí mismo otra vez). Bueno, más bien salvar a los vecinos y vecinas de Palestina nomás. En la Biblia, que proviene, como es de suponer, de tiempos bíblicos (o sea de hace más de 2000 años) no figuran ni Australia, ni las Américas ni China e India, por ejemplo, cuyos habitantes en ese entonces seguramente estarían ocupados pensando en otra cosa.

 

¿Eh?
El relato encierra múltiples contradicciones, por decirlo suavemente, ya que nos muestra un dios omnisciente (que lo sabe todo) que se deja engañar a sí mismo (auto) sacrificando a su hijo, que, por otro lado es él mismo, como si fuera un juez que se deja (auto) convencer (por sí mismo) de condenar a un cabeza de turco (que es él mismo) para dejar libres de culpa y cargo a los verdaderos criminales, a quienes ya nada impedirá que vuelvan delinquir. La reincidencia queda asegurada ¿Y por qué no? si ya se han librado gratis y sin complejos, gracias a la escandalosa ejecución de un inocente.  

Este galimatías incomprensible parece haber servido de base moral a gran parte de la humanidad desde hace siglos. Con razón...


La vida de Brian de los Monty Python
   Moraleja: no temáis consecuencias o castigos,

   Total algún pobre Cristo pagará...

 




 


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