Year 202X: We are already in the future

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2021-02-19

De chupasangres a descerebrados

Los vampiros nunca pasan de moda.

Han sobrevivido largo tiempo desde el Drácula de Stoker o el Nosferatu de Murnau hasta nuestros días.

 

Vampiros de John Carpenter

En vano John Carpenter los ha combatido a balazo limpio, Buffy los ha cazado sin piedad, Van Helsing los ha perseguido denodadamente y Vanessa Ives (Oh, Vanessa...) los ha buscado, amado y repudiado, para finalmente sucumbir a ellos.

 

Las últimas décadas nos han ido acostumbrando a lo impensable: algún vampiro traumatizado por la
Buffy la cazavampiros
culpa se deja entrevistar por un periodista inescrupuloso, vampiros éticos que no muerden se alimentan solo de sangre envasada comprada en hospitales
Vanessa Ives (Penny Dreadful)
(ilegalmente, se entiende), románticas historias de amor entre adolescentes vampiros condimentadas con sus problemas parentales, vampiros ecológicos enamorados, dibujos animados infantiles de adorables niños vampíricos, etc.


"Solo los amantes sobreviven" de Jim Jarmush
El carismático oficio de chupasangre no deja otro camino que la analogía sociopolítica facilona: Por las venas abiertas de los explotados se van llenando las arcas de los explotadores, por vasos comunicantes de un supuesto metabolismo mundial inmutable donde el recuento de glóbulos es un número constante.

Dracula informatizado
Los vampiros no solo roban vidas y riquezas materiales, sino también conocimientos. El reciente Dracula de Netflix (firmado por los realizadores de Dr Who) absorbe los conocimientos de sus víctimas junto con su hemoglobina. Su mente se actualiza a través de una conexión USB intravenosa, y en pocos minutos de succionamiento nuestro atractivo monstruo aprende idiomas, informática o finanzas.

 

 El glamour es evidente: Esfuerzo cero. Máxima seducción. De trabajar o estudiar, nada.

 

 Sin embargo, últimamente el deseo de morder o ser mordido ha dejado paso al de comer cerebros

Ahora proliferan las series y películas de zombis. 

Los cerebros comidos están de moda

Hay zombis buenos, malos, zombis tímidos y extrovertidos, zombis LGTB, etc, pero lo que los identifica como zombis es su carácter de muertos-vivos que persiguen a los vivos-vivos para alimentarse de sus cerebros y convertirlos también en zombis. Es lo que hacen.

Contrariamente a los vampiros, los zombis no consiguen nada, no desarrollan nada. Uno pensaría que al comerse el cerebro de su vecino o vecina (¡puajj, qué asco!) el tipo/a/e al menos incorporaría los conocimientos de la víctima. Pues no, parece que los come cerebros no aprenden nada. Solo destruyen el conocimiento y expanden su enfermedad, que sigue destruyendo cerebros.


La analogía social también es tentadoramente facilona. La pandemia de negacionistas, antivacunas, brexiteros, separatistas xenófobos, creacionistas, talibanes, feminazis,  islamistas fanáticos, supremacistas blancos y demás descerebrados no deja lugar a dudas: Los zombis están entre nosotros y se multiplican para comernos el cerebro desenterrando ideas muertas y obsoletas.

El cerebro humano, la estructura más compleja conocida (es un decir, pero lo están estudiando seriamente), como no se cansaba de proclamar el genial Punset (Redes), es un órgano que ha evolucionado para ayudarnos a sobrevivir, aunque algunos todavía crean que sirve para encontrar la verdad. 

Además produce un gasto energético muy importante, incluso cuando dormimos. 

Otros animales usan el cerebro de forma diferente. Algunos se lo comen.

Por ejemplo, existe un tunicado, la ascidia, que utiliza su "cerebro" (rudimentario, más bien una especie de ganglio cerebral) y sus sensores de posición, temperatura, etc, para desplazarse por el fondo marino hasta encontrar el lugar idóneo para implantarse y pasar ahí el resto de su vida. Entonces digiere el cerebro, porque ya no lo necesita, para ahorrar el gran gasto energético que le absorbe durante su primera etapa. Como es hermafrodita, tampoco le hace falta para encontrar o competir por parejas sexuales para la reproducción. No es tanto que se "come" o "digiere" su simple cerebro. Más bien lo recicla para hacer otros órganos más útiles.

¡Extra!¡Extra! No se pierdan el video del animal que se come su propio cerebro:

Iggy Pop  en "Los muertos no mueren"

La ascidia se come el cerebro

Tunicado, sea squirt o chorro marino

¿Será la zombificación de la cultura el nuevo rasgo evolutivo que predominará y se transmitirá a la progenie de una nueva especie? 

¿Nos comeremos el cerebro como la ascidia para quedarnos plantados en terreno cómodo?

¿O ya empezamos?


 

 

 


1 comentario:

Claudio_S_I dijo...

Interesante teoría, para desarrollarla antes que me absorba mi cerebro.

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