Year 202X: We are already in the future

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Importante: Se agradecen los comentarios, correcciones y críticas de los lectores/Readers´comments, corrections and criticisms are appreciated.

2016-05-08

Turandot, el gordito y la gélida principessa

Mi relación con la ópera siempre fue muy ambigua. Hay cosas que me gustan mucho, en general las arias y coros famosos, los hits, pero rara vez resisto una obra completa, en vivo, sin apoliyarme (quedarme dormido). Y esto dicho con el mayor respeto por los autores,  músicos  e intérpretes que admiro por su gran talento, técnica y dedicación .
Sigfrido y el dragón
Paradójicamente me gustan las larguísimas óperas de Wagner sobre el anillo de los nibelungos, el oro del Rin y lo dioses del Walhalla: Odin, Tor (el del martillo ), Loki (el mismo dios chistoso de la peli La máscara ), con las que la mayoría de lo espectadores dormita largas horas, así  como ocurre con El Señor de los anillos (donde sospechosamente también aparecen un anillo maldito con poderes sobrenaturales, dragones y enanos de varios formatos).

Palau de les Arts
 Sin embargo nunca pude conciliar el aspecto apolíneo de los personajes que conozco desde mi infancia con el de los voluminosos intérpretes operísticos.

Acabo de asistir a una representación filmada en el Palau de les Arts de Valencia de la ópera Turandot, que se proyectaba en una de las salas del mismo emblemático edificio diseñado por Calatrava.

No me aburrí: La música de Puccini es tan hermosa y la trama tan increíble que no dan respiro.

Turandot es una hermosísima princesa china, interpretada por una señora gorda que canta muy bien en italiano.
La Castafiore
 La frígida hija del emperador está empeñada en permanecer célibe en virtud de una milenaria venganza contra los invasores extranjeros que profanaron a una antepasada suya, con la que ella se identifica.
La venganza se ve perpetrada varias veces por año con el siguiente método: Cuando un príncipe de alguna de las provincias del imperio pretende la mano (y el resto) de la gélida pero hermosa gordita (hay que tener mucha imaginación) debe resolver tres enigmas que ella le propone. Si no consigue contestar las 3 adivinanzas el verdugo le corta la cabeza. Que pase el siguiente.
En el año de la acción ya van por el descabezado número 13. Todo un vaticinio.

Un señor gordito que también canta muy bien en italiano resulta ser el apuesto (otra gran concesión a la imaginación) hijo de un rey exiliado en el anonimato. Nadie sabe ni debe saber su nombre hasta el final. Esto es muy importante.

Prince of Persia

El Sr. Gordito asiste casualmente a la ejecucíon pública del último pretendiente fallido, el Príncipe de Persia (como el del videoguego ) - El pueblo (coro) y Gordito piden clemencia para el bello principito, pero la gélida frígida hace seña al verdugo chino (interpretado por un bello efebo de nombre vasco) para que lo
liquide. Todos cantan maravillosamente en italiano.

Ahora viene una de las escenas que provocan mi total perplejidad: Gordito se enamora instantáneamente de Frígida y decide ser la próxima víctima del juego de las advinanzas.

Pin-Pan-Pon
Nada puede disuadirlo: ni su padre ciego y sabio rey exiliado, ni su joven  esclava Liu (no Lucy Liu, sólo Liu) que lo ama secretamente, ni los tres simpáticos y cínicos ministros del verdugo, tres personajes tragicómicos llamados (creansenlón)  Pin, Pon y Pan.

Los tres chinitos Pan, Pin y Pon, le cantan, siempre en italiano, sus historias personales y tratan de convecerlo de no someterse a la crueldad de la gélida Frígida y  su sádico verdugo. Hacen gala de buena onda y sabiduría al aconsejarle que un flaco como él (es un decir), con pinta, guita y título nobiliario, puede tener todas las minas (mujeres) que quiera, mientras que Frígida por más principessa imperial y bella que sea (insisto: hay que tener mucha imaginación) no deja de ser una mujer con dos brazos, dos gambas, una cabeza, etc.

verdugo y víctima
Gordito sigue en sus trece, aunque él  viene a ser en realidad el número catorce.
Los gordis, los tres chiflados chinos y el pueblo-coro siguen cantando maravillosamente en italiano.

Resumiendo, Gordito gana el juego, con música de suspense por parte de la orquesta y el apoyo del coro-populacho que ahora lo aclama tras haberle vaticinado torturas infinitas a manos del verdugo efebo.



Frígida se resiste a aceptar su derrota (claro, por eso es frígida), aunque su padre, el coro-veleta -populacho y  Pin-Pan-Pon  le espetan que no le queda otra.


Acá viene el segundo y quizás más importante fundamento de mi total perplejidad frente a la mente del libretista: Gordito le propone una adivinanza: Si Frígida consigue descubrir cómo se llama él antes del amanecer, él morirá, liberándola de su obligación de desposarlo.
Como nadie lo conoce, el coro-populacho-veleta se vuelve contra él, previendo con justa razón que que la cruel Frígida gorda va a  mandar que los aprieten a ellos para que revelen lo  que no saben.
Es una noche infernal, en la que nadie debe dormir.  De ahí la famosísima y bellísma aria que canta Gordito, Nessun dorma (ninguno duerma, obviamente en italiano, no en chino.)

Ah, bueno. ¿Era por eso? 

Frígida está dispuesta a torturar y matar a quien sea con tal de zafar. No obstante, Gordito, que sólo la vio de lejos (sin tocarla) dos veces, la ama apasionadamente y hace la vista gorda (nunca mejor dicho). El amor todo lo puede.

Y dicho y hecho: la pobre esclava Liu se suicida frente a la tortura, no sin antes confesar su amor por Gordito, callando su nombre  y augurándole felicidad junto a Frígida (que la está torturando a través del verdugo chino efebo vasco) cuando despunte el alba.
Gordito y padre

Ella se resiste
Está claro que Frígida es una loca de libro, aunque no tanto como el libretista.

Aún así Gordito decide terminar de conquistarla antes del amanecer. Tan seguro está el tipo que le confiesa que se llama Cafar, hijo de Timur (ah, eran turcos), pero ella lo rebautiza Amore (insisten con el italiano estos chinos tan excéntricos).

Finalmente todos aparecen cambiados de fiesta listos para comer perdices. La orquesta suena, los Gordis cantan, el coro-veleta  también, aunque no se sabe muy bien si  a favor o en contra de quien.

Chan-chán.

Música excelente, aunque demasiadas concesiones a la imaginación.
¿No le parece?

2016-03-09

Edición aniversario: El fiscal


Frente a las teorías antagónicas aparecidas en la prensa ex oficialista (que nunca existió) y la opositora (que mentía), debo expresar mi extrema sorpresa por la falta de imaginación de periodistas, escritores, jueces y juezas, policías,  fiscales y fiscalas.

Mi perspectiva europea es lejana y está obviamente deformada por los juegos de la memoria, el principio de indeterminación de Heisenberg, la distorsión del espacio-tiempo, los Mercados, la banca internacional, el FMI, la CIA, el KGB (uy, perdón, ya no existe), el Mosad, el M15 y el M16, Frau Merkel, Hollande, Obama, Assange y Snowden, entre otros factores. 

Aun así, o quizás precisamente por ello, se me ocurrió presentar un par de ideas alternativas que son, a mi humilde y desinformado entender, tan probables como la del suicidio no asistido:


A) Muerte accidental: 
El arma se le cayó accidentalmente de la mano y se disparó sola al chocar con el suelo, con tal mala suerte que la bala se le incrustó en la sien.

B) Fue asesinado por Lanata, con evidentes fines desestabilizadores y golpistas. 

C) El crimen fué cometido por un mini-dron, fabricado con nanotecnología capitalista, que entró y salió por el ojo de la cerradura.

D) Idem C, pero el mini-dron estaba controlado por alienígenas de un planeta que se extingue y que nos invaden después de observarnos durante siglos. 


 

Bueno, admitamos que la hipótesis C es un poco tirada de los pelos, pero no olvidemos que:


"Una vez que se descarta lo imposible, lo que queda es la verdad por improbable que parezca". 
Sherlock Holmes 

2015-05-17

Recuerdo de Alemania: Las callecitas de Dachau tienen ese...qué sé yo..., viste?

A escasos kilometros de Munich, está Dachau (pronúnciese Dájau). Es un pueblito pintoresco, como tantos otros de Baviera. Se puede llegar en tren, autobús, coche o bicicleta.
Mi primera visita fue durante su mercado navideño ( una especie de kermesse muy típica de cada ciudad y barrio en Alemania), con su calle peatonal adornada con guirnaldas y atestada de gentes de cien mil raleas (Joan Manuel Serrat dixit), puestos de comidas y bebidas regionales y también tradicionales de los países de origen de los inmigrantes que actualmente pululan por la región .
En sucesivas visitas recorrí el simpático jardín del palacio del siglo XVI desde cuya altura se puede disfrutar de una colorida vista de árboles y casitas de techo a dos aguas, y también caminé por los (en verano) frondosos  bosques, que bordean el río Amper.
La atracción turístico-histórica principal de este agradable Dorf (pueblo) quedaba, indefectiblemente, para la próxima vez.
Quizás entreviendo el final de mi etapa germánica, me resigné al fin a la excursión postergada e inevitable.
Como suele suceder, la realidad resultó menos impresionante que la pesadilla premonitoria. La realidad de la visita. La realidad real sigue siendo impensable.
Setenta años después del fin, Munich, la cuna del huevo de la serpiente (como diría Igmar Bergman) acaba de inaugurar un nuevo Centro de Documentación sobre el  pasado nazi muniqués en la Koenigsplatz (Plaza del Rey, antiguo baluarte nazi, hoy día convertido en zona de museos).
Desde hace décadas, la culpa (inculcada a las generaciones de post guerra y machacada por la educación y los medios) ha cambiado bastante las cosas. Existe oficialmente una especie de discriminación positiva frente los refugiados de países en conflicto y ningún político alemán actual  osaría criticar la política del gobierno israelí (al menos opinable como la de cualquier otro país) a riesgo de convertirse instantáneamente en un cadáver político.

Bueno, en fin, que todo sea para bien.


Konzentrationslager Dachau Memorial en 2015
And the Germans killed the Jews
And the Jews killed the Arabs
And the Arabs killed the hostages
And that is the news
And is it any wonder
That the monkey's confused?
  
Extracto de "Perfect sense" (del álbum "Amused to death") de Roger Waters, 1992






2014-11-29

...que la guerra no me sea indiferente...

La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza
(1984, de George Orwell, publicado en 1949)

 En 1978 yo estaba en la colimba. Algunos dicen que la palabra proviene de corre-limpia -barre, que
Los colimbas se divierten
eran las tres actividades más frecuentes  del soldado conscripto argentino.
 Hay tipos que recuerdan su servicio militar obligatorio con simpatía y hasta con cariño. Cuentan historias de partidos de fútbol entre colimbas y suboficiales y otras situaciones graciosas al estilo de las películas de Olmedo y el gordo Porcel.

DDR Panzer (tanque de la RDA)
Según mi profesor de alemán, su colimba alemana fue divertida:  Jugaban a la guerra con walkie talkies y largavistas (binoculares), espiando a través del Muro de Berlín los inofensivos  movimientos de los tanques y soldaditos de la antigua Alemania del Este o RDA (sigla que significaba, misteriosamente: República Democrática Alemana)

Mis recuerdos son más bien pesadillas carcelarias.

Hubo una época particularmente surrealista que quizás algún lector veterano recuerde:
Los vamos a aplastar
A fines de 1978 la junta militar de usurpadores del poder de turno estuvo a punto de llevarnos a la guerra con nuestros vecinos chilenos, gobernados a la sazón por su propio genocida local.
Yo estaba destinado (aunque en realidad el destino no existe) en la compañía de Policía Militar de Palermo, Buenos Aires, donde la disciplina era bastante férrea, y casi todos los tipos eran  más altos que yo. La selección artificial castrense había agrupado en la PM  a tal montón de grandotes que mi metro ochenta quedaba reducido al nivel de un hobbit.
Recién ahora, que vivo entre gigantes vikingos y me acerco vertiginosamente a la sesentena, estoy empezando a acostumbrarme a la idea de no ser el más alto (de la clase, de la foto, de la fila, ni de nada). Bueno, ahora ni siquiera los chinos son petisos (bajitos).

La movilización: Un día nos cargaron a todos, grandotes, petisos y medianos, en varios camiones y
Camino pampeano
nos trasladaron a Santa Rosa, capital de la Pampa, como primera escala hacia el futuro frente de batalla. O no tan futuro, a juzgar por el olor a pólvora que parecía llegar  desde la frontera andina.

¡Qué pan dulce para esta Navidad!
En la ruta, se nos acercaban autos de civiles, de los pueblos vecinos, que nos animaban a pelear, a darles con todo a esos chilenos. Como era casi Navidad nos regalaban cantidades industriales de pan dulce (el panettone italiano) que nos arrojaban como pelotas desde los autos. Había tantos que durante los meses que pasamos en Santa Rosa, sólo desayunábamos pan dulce, obviamente con mate cocido.

La Pampa era árida, calurosa y seca.




Nuevo hogar: Nos alojaron en una "Escuela Hogar", que estaba desocupada porque era época de vacaciones escolares. Las camitas para pibes eran cortas y a los colimbas nos quedaba la mitad de las piernas afuera. 
A la espera del traslado hacia la frontera, la disciplina se había relajado: Había alegres mateadas (reuniones para tomar mate, infusión típica sudamericana que los alemanes insisten en llamar mate-tee), amenas guitarreadas y simpáticos estaqueamientos para los más indisciplinados. En fin, un campamento de verano.


Algunos colimbas conseguían confraternizar con ninfas locales, otros aparecían en medio de la noche con regalos misteriosos como mulitas (especie de armadillo) asadas y los más excéntricos alardeaban de dormir con el fusil cargado (absolutamente prohibido por el reglamento) y la bayoneta bajo la almohada, ya preparados para la acción (?!).

 El corredor de la muerte: Las familias, novias, amigos, etc. fueron autorizados a visitarmos un fin
Canuto Cañete (Carlitos Balá)
de semana, antes de la supuesta movilización final. Algunos vecinos de la ciudad organizaban asados para agasajar a los aguerridos soldados porteños y disfrutar con sus anécdotas bullangueras. Evidentemente, esta gente había visto demasiadas películas estilo "Canuto Cañete conscripto del Siete" o " Los colimbas se divierten".

 Medianoche en el jardín del bien y del mal: Una noche que estaba de guardia con uniforme, casco y fusil en el jardín de la escuela hogar, oí que me llamaba una voz de civil desde la vereda, detras de la ligustrina (seto): -Che, soldado, tomá.-  Y como por arte de magia, apareció una cacerola humeante de ravioles caseros, un lujo prohibido para comsumir a escondidas.

Aclaración necesaria para los que no hicieron el servicio militar: El soldado de guardia tenía estrictamente prohibido hablar, fumar, leer, escuchar música, cantar, beber, comer, etc. Tenía que estar atento a su deber ineluctable: detectar la posible aparición del enemigo. Se le permitía respirar, en caso de emergencia y con el permiso de sus superiores.

Como sea, la gente de la provincia nos mimaba, aunque no recuerdo ninguno que se ofreciera voluntario para ir a pelear contra el odiado vecino andino (¡Chi-chi-chi!  ¡le-le-le!).

La heladerita que dio el mal paso: Un día nos dieron franco (la libertad de salir a pasear sin correa
ni bozal por Santa Rosa). El calor me llevó a la heladería del centro, donde una simpática empleada, que la memoria me presenta joven y rubia con un delantal cuadriculado rosado y crema, me regaló un helado, con una sonrisa de oreja a oreja: -Haría cualquier cosa por ayudarlos a pelear con los chilenos. ¡Ay, que sé yo!, iría de enfermera o algo así. - dijo con los ojitos brillantes de fervor chilenicida.
Sí, demasiadas películas, pensaba yo.
Por alguna razón inexplicable la perspectiva de matar colimbas chilenos a tiros de FAL (fusil automático ligero) o destripándolos con la bayoneta no me terminaba de seducir. Por otro lado, la idea alternativa, donde el destripado era yo, se veía poco reconfortante. No supe qué contestar y me fui sin terminar el helado, que era de frutilla y crema, como el delantal.


... la guerra había sido continua, aunque hablando con exactitud no se trataba siempre de la misma guerra...
(1984)

El concierto: Varios artistas famosos habían viajado a la Pampa para entretener a las tropas.
No me acuerdo de todos. Landriscina contó graciosos chistes de Landriscina, varios músicos folklóricos y modernos (¿Palito Ortega?) cantaron y hasta bailaron algunas bataclanas (bailarinas de cabaret no alemán, ya que en Alemania cabaret es lo que en Argentina se llamaba antes café concert).Todos se despidieron arengándonos a luchar con valor contra los chilenos.
Todos menos Lito Nebbia.
Lito cantó algunos temas meláncolicos, él solo, acompañándose con una guitarra o un teclado. En un
momento sintió la necesidad de parar para hablar y dijo algo así como: "espero que todo esto tan terrible termine pronto y puedan volver a casa tranquilos."
Se tuvo que ir en medio del abucheo general. Me dio la impresión, por la velocidad con que salió despedido del escenario y del campo, que los milicos le imprimieron mayor impulso y aceleración a patadas.

Oh ¡qué bella guerra!
Los jóvenes colimbas, la mayoría inmortales de 18 años, se deslizaban alegremente y sin resistencia aparente hacia un supuesto destino de gloria y honor. Oh, ¡qué bella guerra!

La gente grande y razonable decía que no era el mejor momento para una guerra debido a la inconveniente situación economica, pero que "si hay que ir se irá".

...es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la pobre esperanza de la gente.  
(León Gieco, 1978)


Wojtyla
El final: A principios de 1979, la mediación papal de Juan Pablo II  acabó con los preparativos bélicos y todos pudimos volver a casa, como había deseado Lito Nebbia, aquella tarde de aquel verano absurdo.




Epílogo: El servicio militar obligatorio fue abolido durante el gobierno de Carlitos M. (aquel a quien no debe nombrarse y que nadie votó), a raíz de la trágica muerte de un colimba.













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