(Billy Bond y La pesada del Rock and Roll, 1972)
La primera vez que manejé un auto en la Autobahn (autopista) alemana era verano. Por el espejito retrovisor se veía un super descapotable (convertible) conducido por una rubia que cantaba alegremente, como si estuviera en la ducha, pero con los pelos al viento.
Hace unos años tuve que ir a Oslo por un par de días, también en verano. Me sorprendió la belleza de su gente: apuestos caballeros y, sobre todo, hermosas señoras/itas de ojos azules o verdes y larguísimas piernas.
Noruega evoca normalmente imágenes de fiordos, hielo y noche eterna, pero yo me encontré con los vikings en short, sandalias y remerita (camiseta).
De noche no llegaba a oscurecer del todo: el cielo quedaba de un azul intenso.
En el hotel hacia calor ya que no había aire acondicionado. (Claro, para un par de días por año ni vale la pena). Ya se usaban los edredones o fundas nórdicas sin sábana, inclusive en verano. Los hay de distintos grosores y peso, según la época del año. Para mí todos son completamente inútiles porque en cualquier estación tengo calor si me tapo y frío si me destapo. Parecería ser que alguien hubiera decretado la abolición global de la sábana común en los hoteles, al menos en Europa. Me tomo el trabajo de sacar el maldito edredón de la funda para usarla como sábana y al otro día vuelvo a encontrar el siniestro adminículo armado de nuevo por el diligente personal de limpieza. No soy amante de las teorías conspirativas, pero que las hay, las hay. Esto es una conspiración para no dejarme dormir.
Cuando viajaba a Londres, en uno de mis trabajos anteriores, me sorprendía ver cantidades inusuales de descapotables. Me explicaron que, siendo el tiempo británico bastante inestable, para decirlo con suavidad, querían aprovechar cada ratito de sol intercalado entre chaparrones y nubes, creándose un paradójico efecto de ventas record de coches convertibles, en un país donde casi siempre llueve o está nublado, o hace frío.
Sin embargo, a pesar del mal tiempo, en Londres no hay niebla. Aquella niebla densa y romántica que escondía a Jack el Destripador y que rodeaba con un espeso manto las aventuras de Sherlock Holmes, en la realidad no existe. Creansenlón.
Una vez, hace unos diez años, le pregunté a un autóctono, que andaría por sus treinta, sobre el tema: -Ahhh, síii , la niebla... es verdad, ...estaba cuando yo era niño -. Ni se acordaba. Parece que era smog nomás, producido por las fábricas que proliferaron a partir de la Revolución Industrial, (que empezó hace siglos en Inglaterra, justamente). Las fábricas fueron reubicadas y se acabó la niebla.
Familia Isis-Osiris |
Cuando sale el (la?) sol en Alemania, la gente anda contenta por la calle. Las chicas te saludan con una sonrisa sugestiva y les brillan los ojitos, como si se te fueran a tirar encima, como en las propagandas de desodorante Axe.Ver: comercial Axe Pero no, es sólo por efecto del éxtasis solar.
El Febo se deja ver poco por estos lares, y cuando asoma, todos quieren absorber la mayor cantidad posible de radiación IR, UVA, UVB, benigna, maligna, lo que sea, nada les importa y son capaces de pelearse por un asiento para comer al sol, de frente, con la cabeza descubierta. Algunas víctimas extremas de este frenesí lumínico caminan descalzas por las veredas de cemento.
Para mí, que vengo de varios años en la soleada Barcelona, un día de sol es el estado normal, y siguiendo los consejos de mi dermatóloga catalana, no asomo la espalda ni la pelada al sol ni que me paguen con lingotes de platino.
En los países fríos de Europa Central, norte y Escandinavia, los interiores de las casas son acogedores, primorosamnete decorados y provistos de incontables utensilios prácticos para hacer la vida interior mas cómoda y agradable. La calefacción y el aislamiento térmico son tan eficientes que se siente menos frío con 20 bajo cero en el exterior que con 10 grados (sobre cero) en la soleada Barcelona en invierno.
Jugamos ajedrez o tomamos sol? |
En estos países la gente pasa muchas horas dedicada a tareas internas. Son bastante trabajólicos ya que no hay mucho incentivo para estar afuera. Por eso los cocineros/as producen esa maravillosa repostería, y en el pasado los pensadores pensaron cosas complicadísismas, Beethoven compuso sinfonías, Goethe escribió el Fausto, Wagner creó óperas larguísimas, Kafka escribió historias kafkianas y Bergman filmó películas de Bergman.
Algunos que pensaron demasiado se tiraron desde un puente o a las vías del tren, algo que está de última moda.
Oh, qué bella nieve! |
Hay que reconocer que mucha gente sale a pasear alegremente por la naturaleza, a correr y subir montañas en pleno invierno, con frío, nieve y viento, con estoicismo de cartero.
Son muy fuertes y sanos, los que sobreviven. El resto se va eliminando solo, por selección natural, sus genes desaparecen (bajo la nieve) y ya no se reproducen. Por eso muchos son grandotes y fortachones.
Y, finalmente volviendo a nuestra rubia cantarina del descapotable con las mechas al viento, podemos afirmar sin lugar a dudas que se encontraba en un estado agudo de clímax paroxístico solar, seguramente reversible ante la aparición de eventuales nubarrones.