**Problemas de la educación religiosa católica y su impacto en los niños**
Uno de los principales problemas de la educación religiosa católica, y en general de las enseñanzas religiosas, es que no fomenta el pensamiento crítico. En lugar de enseñar a cuestionar y reflexionar, se incita a los niños a aceptar la fe ciegamente, es decir, a creer sin evidencia. Esto genera un terreno fértil para la credulidad, lo que lleva a los jóvenes a aceptar pseudociencias y pseudoterapias sin escepticismo, facilitando su manipulación por parte de charlatanes y vendedores de falsas promesas.
Otro problema significativo es la hipocresía derivada de la represión sexual en las instituciones religiosas, especialmente entre sacerdotes y monjas. Esta represión puede tener consecuencias graves, incluida la perversión, y en los peores casos, la pedofilia. Aun en casos menos extremos, es evidente que una persona que niega su vida sexual no está en posición de ofrecer consejos saludables a los jóvenes sobre este tema.
Es importante destacar que nadie mentalmente sano puede renunciar a su vida sexual sin consecuencias para su bienestar psicológico. Por esta razón, nunca permitiría que un niño estuviera a solas con un sacerdote o una monja.
El adoctrinamiento religioso infantil puede considerarse una forma de abuso psicológico, ya que limita la capacidad de los niños para desarrollar su autonomía y libertad de pensamiento.
Es relevante también comprender que el córtex prefrontal, la parte del cerebro responsable del razonamiento y el autocontrol, no se desarrolla completamente hasta alrededor de los 20 años. Este hecho explica por qué los adolescentes tienden a tomar decisiones impulsivas o inmaduras. Por ello, sería más apropiado ofrecer a los jóvenes la posibilidad de reflexionar y tomar decisiones informadas sobre su religión o creencias después de los 20 años, cuando ya tienen la madurez necesaria para evaluar y comparar diversas religiones e ideologías.
Este enfoque permitiría a los individuos adoptar una decisión más consciente y crítica sobre sus creencias, en lugar de ser adoctrinados cuando aún son mentalmente vulnerables.